La biotecnología tradicional se define como el empleo de
microorganismos para la obtención de un producto útil para la industria. El
término “microorganismos” incluye a un grupo variado de organismos,
relacionados entre sí por su tamaño microscópico. La gran mayoría son
unicelulares, y viven en forma solitaria o formando colonias, aunque hay otros
que son pluricelulares. El grupo abarca tanto a procariontes (bacterias) como a
eucariontes (protozoos, algas y hongos).
A los microbios se los conoce sobre todo por las
enfermedades que causan a las personas, animales y plantas. Sin embargo, son
esenciales para la elaboración de alimentos, medicamentos y otros productos de
interés industrial. Entre los microbios útiles se destacan las levaduras, que
producen el alcohol para la elaboración del vino y el dióxido de carbono para
“levantar” la masa del pan, y las bacterias ácido lácticas, que aportan el
ácido láctico en los productos lácteos, cárnicos y vegetales fermentados. En
muchos productos de la industria alimenticia, los microorganismos están
presentes durante el proceso de producción pero ausentes como células viables
en el producto final. En otros, los microorganismos vivos están en el producto
final (microorganismos probióticos), y su presencia en los alimentos estaría
asociada con efectos beneficiosos para la salud. Hay hongos filamentosos que
también se emplean en la elaboración de alimentos, como ciertas cepas de Penicillum, que le otorgan
las propiedades tan características a los quesos del tipo Roquefort y
Camembert.
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